La industria del metal genera una gran cantidad de residuos: piezas de desguace, aceites usados para lubricar, virutas metálicas, gases de efecto invernadero… La gestión de residuos se ha convertido en una responsabilidad colectiva de todo el sector. No sólo por la sensibilidad social respecto al reto que supone el combate contra el calentamiento global y el cumplimiento de la Agenda 2030. También por la responsabilidad que tienen las empresas con el medio y entorno en que están instaladas.
El sector en el que trabaja FAT, el de la metalurgia, tiene ante sí muchos y muy grandes retos, como la digitalización y avance hacia la industria 4.0 o el gran reto de la sostenibilidad de un sector que, tradicionalmente, no ha sido percibido como respetuoso con el medio ambiente.
Recogida residuos en la industria: una responsabilidad colectiva
El gran boom económico de la Europa de postguerra se hizo con una nula sensibilidad por los residuos que generaba el gran consumo que cimentó a la industria entre los años 60 y 80. El resultado fueron unos paisajes degradados por los vertidos descontrolados o la polución. Años de trabajo comunitario nos han llevado a establecer políticas para respetar los entornos naturales y, con ellos, nuestra propia calidad de vida. Al final somos los ciudadanos los principales afectados por la contaminación.
En el contexto de la ambiciosa agenda 2030 debemos enmarcar la gestión de residuos en la industria, tanto a pequeña escala como a gran escala. Es responsabilidad de todas las empresas industriales la recogida y gestión de sus residuos. El objetivo no es otro que proceder a un adecuado tratamiento para el reciclaje, siempre que se sea posible, de todos los residuos que puedan generarse.
Uno de los ejemplos es la experiencia iniciada a finales de 2019 en los polígonos Congost y Jordi Camp, en donde se encuentra la empresa FAT. Las empresas participantes una esta prueba piloto de recogida colectiva de residuos, que se ha mantenido como definitiva y a la que se han adherido otras empresas del polígono, se encargaron de la selección y recogida de residuos para su tratamiento. Así, se minimiza el impacto de la actividad industrial en el entorno y se fomenta la responsabilidad de las empresas en las acciones de reciclaje.
En lo que concierne especialmente al sector de la industria del metal en la recogida de residuos es el uso de aceites. Unos materiales que, por su composición, pueden ser muy complicados de recoger y tratar.
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Taladrina: su gestión como residuo y las alternativas
La taladrina es el aceite lubricante y refrigerante más utilizado en la industria del metal y lo encontramos tanto en sierras, como taladros, fresadoras o tornos. Está formado por un aceite mineral semisintético mezclado en agua y se utiliza para refrigerar y lubricar la zona de corte. Su composición puede incluir azufre, parafina o cloro entre otros. Se trata, por lo tanto, de un componente necesario para la industria, pero altamente contaminante y perjudicial.
Desde el año 2007, en el Real Decreto 679/2006, se establece el principio por el que la recogida y tratamiento de los aceites industriales corre a cargo de las empresas desde el momento de su compra. Así, las empresas deben recoger toda la taladrina en un depósito y encargarse de su gestión como residuo para ser tratado correctamente. Si no tratamos debidamente la taladrina como residuo y dejamos que se acumule en los depósitos de recogida que incorporan las propias máquinas, este se acaba estropeando. Puedes poner en peligro la vida útil de la máquina. Existen alternativas muy interesantes al uso de la taladrina en las máquinas de corte. Uno de ellos es el dispositivo de corte en seco.
El dispositivo de corte en seco nos permite lubricar y refrigerar la zona en donde actúa el corte o la perforación, pero sin el uso de taladrina. Este dispositivo sólo utiliza un aceite en estado puro que es pulverizado sobre la herramienta que produce el mismo efecto que el aceite mineral diluido, pero sin las desventajas de la taladrina.
Por una industria comprometida con la gestión de los residuos y el reciclaje
La responsabilidad de las empresas con el medio ambiente y por la recogida y gestión de los residuos nos lleva a tomar medidas de gran impacto. La taladrina es uno de los productos más utilizados en la industria del metal y, en especial, en los equipos de corte para metales, y todas las iniciativas para reducir la generación de residuos deben ser bienvenidas. Si, además, nos permiten ahorrarnos los costes de la recogida y tratamiento de estos, mejor aún.
En el cumplimiento de la agenda 2030 y en el compromiso colectivo por avanzar hacia una industria de 0 residuos, todos debemos poner nuestro granito de arena en la recogida y tratamiento de los residuos.